Leer, la puerta que te lleva a la calle

La lectura como decía la Teniente O’Farrell en la Reina del Sur es la puerta que te lleva a la calle, con ella aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil. Así mismo también te sirve para controlar otras cosas no tan bellas, como algunas soledades, tristezas, fantasmas.
Más que el cine o la televisión, la lectura te permite habitar tu cabeza de un modo distinto como si al difuminarse las fronteras entre realidad y ficción pudieras asistir a su propia vida como quien presencia algo que le pasa a los demás. Aparte de aprender cosas, leer ayuda a pensar diferente, o mejor, porque en las páginas otros lo hacen por uno. Resulta más intenso que ir al cine o ver una telenovela; ya que estas son versiones concretas, con caras,lugares, voces de actrices y actores que alguien ya ha imaginado e personificado, mientras que en las novelas puedes aplicar tu punto de vista a cada situación o personaje. Incluso a la voz de quien cuenta la historia: algunas veces narrador conocido o anónimo, y otras es una misma quien le da vida a la historia. Porque al pasar cada hoja lo que se hace es escribirla de nuevo. Así uno a uno los libros te permiten vivir cosas para las que no basta una sola vida y es esa la extraña magia que te mantiene atada a las páginas de un libro, no se trata sólo de leer libros, sino del placer físico y el consuelo interior que da tenerlos en las manos, es más que un objeto inerte de tinta y papel, ya que cobra vida cuando alguien pasan sus páginas y recorre sus líneas, proyectando allí su existencia, sus aficiones, sus gustos, sus virtudes o sus vicios. Se descubre así que no hay ni habrá dos libros iguales porque nunca existirán dos lectores iguales pues cada libro leído es, como cada ser humano, un libro singular, una historia única y un mundo aparte donde el lector es quien se apodera de la aventura que nos tiene preparada el autor.
La mayor ventaja de leer una novela, un cuento, una monografía, un poema es que puedes apropiarte de las vidas, historias y reflexiones que se esconden entre sus páginas, y nunca eres la misma al abrirlos por primera vez que al terminarlos ya que personas muy inteligentes han escrito algunas de estas páginas y si eras capaz de leer con humildad, paciencia y ganas de aprender, no te defraudan nunca. Hasta lo que no comprendes queda ahí, en un rinconcito de tu cabeza; listo para que en algún momento el futuro les dé sentido convirtiéndolos en cosas hermosas o útiles.