sábado, 15 de septiembre de 2012

Un dia como mñn

Jamas diré (la ya famosa frasecita que da un toc toc al ya escaso e inexacto repertorio de palabras que nunca he de utilizar --pero hoy se hará una excepción--) y retomemos: JAMAS diré haber amado a la persona equivocada, para mí todo lo que ha pasado por mi vida ha sido VERDADERO y así lo sentía en ese momento aunque en ese momento no sea exactamente este momento así que solo lo digo por que  no tenga otra forma de ser diplomática y por supuesto no espero menos de mi misma ... quizás un día como mñn  vea las cosas (y digo cosas por que todavía es hoy) con otra perspectiva
 
Un conflicto de intereses de ideologías y por si fuera poco una ya terrible confusión con un yo  y un tu que parece que nunca existieron o que tal ves el amor si como me repetía constantemente pero nunca le hice el caso que debía a estas palabras "EL AMOR TIENE FECHA DE CADUCIDAD" y por eso mismo esta debastadora forma de decirme a mi misma << a seguir adelante milicha>> , pues ya va si sigues así no vas a ir a ningún lado y por si no te has dado cuenta  tu cuota de insensateces esta ya al limite osea STOP.

Pero la melancolía al decir o al sentir un odio (mas bien un desconocido sentimiento de frustración, dolor, rabia, etc) que no hacen mas que alargar la tortura ... en fin aunque es poco profesional desahogarme de esta manera es la única forma sencilla por no mencionar lo barata e anónima de ser sincera que he tenido a 20 minutos del la una de la tarde.

Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa. muy certeras palabras mi querido Shakespeare aunque el mñn un hoy es casi casi una esperanza ...

Bueno creo que ya di rienda suelta a mi mas bajo genero de insensateces y por lo mismo dejo aun lado estas tragedias que no merecen ser llamadas tragedias pero por hoy esta bien ... para decir NEXT .
 
 

sábado, 1 de septiembre de 2012

Tristitia

Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía;
el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,

y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar.
 
(Abraham Valdelomar)